domingo, 14 de abril de 2013

David K. Berlo

David K. Berlo 





Nació en 1929. Fue discípulo deWilbur Schcrammen la Escuela de Periodismo de la Universidad deIllinois, donde se doctoró en 1956, con la tesisAllocation of Procedural Responsibilities as aDeterminant of Group Productivity and Satisfaction,dirigida porCharles E. Osgood.En 1958 publicó Aphilosophy of communication, pero fue en 1960cuando apareció su libro más conocido “Process of Communication: An Introduction to Theory andPractice”, en el que hace la exposición de sus modelos teóricos sobre la naturaleza psicológica dela comunicación.

 Su obra teórica -Process of Communication, Holt, Rinehart, and Winston, Nueva York, 1960-,ha tenido, con el paso del tiempo, mucha más vigencia en América Latina que en Estados Unidos. Sus esquemas y modelos, planteados hace medio siglo, siguen centrando el interés de las facultades de comunicación. Traducida a la lengua española como El proceso de la comunicación. Introducción a la teoría y a la práctica. La comunicación aparece en David Berlo como un proceso reglado (no como un simple acto) que permite al ser humano negociar su posición en el entorno en el que vive. De este modo, la comunicación es un valor de interlocución, de poder, de influencia, de control... La eficacia o „fidelidad‟ de la comunicación, no obstante, está sujeta a estrategias y no produce resultados ciertos, sino que puede estar avocada al fracaso, generalmente por incompatibilidad entre el propósito de quien emite y la disposición de quien recibe. La eficacia radica, en buena medida, en eliminar, en un sentido amplio del término, los „ruidos‟ que pueden distorsionar el propósito comunicacional. Desde el punto de vista de sus objetivos, los alcances de la comunicación son, según este autor, de dos tipos: aquellos que se satisfacen en el hecho mismo de la comunicación y los que, más allá que transmitir un mensaje, dar a la comunicación un carácter instrumental y persiguen una respuesta concreta (cambio de actitud, consumo, voto político, etc.).

Berlo, a través de su modelo denominado „S·M·C·R‟ (source-message-channel-receiver) distingue, pues, la acción del emisor y su estrategia e intención de la del receptor. Este último puede aparecer como destinatario „intencional‟, esto es, objetivo directo del mensaje del emisor, o como „no intencional‟, que es todo aquel al que llega el mensaje, aun cuando no figuren como objetivo de la comunicación. Berlo aplica este esquema al conjunto de los fenómenos de comunicación, incluida la interpersonal, por lo que, según los tipos, se produce una síntesis o simplificación en los procesos que definen el protocolo de la acción comunicativa. Desde una posición conductista, para Berlo el proceso sigue las pautas del aprendizaje, estableciendo relaciones de causalidad a partir de la aplicación de las pautas procesales.
 

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